domingo, 24 de diciembre de 2017

Un Papa Noel de pacotilla

Retoño tiene casi cuatro años. Y no sabe lo que es la navidad. Pero yo sí. Y la vivo con toda la ilusión de una madre con un niño pequeño en casa. Porque aunque él no sepa lo que significa, sí muestra ilusión con la luces, las canciones y los adornos navideños. Por eso decoro la casa, lo llevo a ver un Belén articulado que hay en nuestro pueblo, lo llevo a ver la cabalgata de Reyes y también va a visitar a Papa Noel. Porque no entiende lo que significa, pero mira boquiabierto y disfruta. Y yo, como madre de un niño pequeño, disfruto a su lado.
Pues hoy lo llevé al centro comercial a ver a Papa Noel. Fui con una amiga que tiene una niña algo más pequeña que Retoño. Y allí estaba el hombre de rojo, saludando a los niños. Se acercó a la niña de mi amiga, le preguntó como se llamaba, que pedía de regalos...lo típico. Retoño al lado, en su silla de ruedas. Cuando acabó con la niña de mi amiga, ¿qué pensais que pasó? Pues que el hombre de rojo siguió su camino, acercándose a otros niños. Retoño se quedó sin visita de Papa Noel.
A él no le afecta algo así, porque no es consciente de estas cosas. Pero a mi sí.
Me hirvió la sangre de tal forma que cuando me lo volví a cruzar de frente lo llame y más o menos le dije que cuando viese a un niño en silla de ruedas, que también le hablase a él. Que era como cualquier otro niño. Que no podía tener a dos niños juntos y hablarle a uno sí y a otro no.
Se acercó a Retoño y le preguntó que quería de regalo. Contesté yo por él "igualdad y libros del pollo Pepe".
A mi no me gusta este tipo de situación. Odio los conflictos. Pero me doy cuenta que por Retoño no soy capaz de callarme.
También soy consciente que el hombre de rojo no lo hizo con mala intención. Lo más seguro es que se vio en una situación en la que no supo como actuar.
Y esta situación es muy simple y que no tiene mayor importancia. Pero me hace tomar conciencia de la cantidad de situaciones similares y mucho peores que nos esperan en la vida.
Y no me pienso callar en ninguna.
Sé que si se encuentra otro niño con diversidad este hombre se va a acordar de mi. E igual lo hace mejor.
Luego llegué a casa y le conté a Mihombre lo que nos había pasado. Y vi lo que a él también le dolía.
Me abrazó y me dijo que Retoño tenía a su lado una leona que lo protegía.
Ojalá las personas con diversidad funcional no necesitasen a nadie que aun a día de hoy tienen que rugir por ellos.

1 comentario:

  1. Lamentablemente el mundo está así. La mayoría de personas jamás van a tener contacto con muhcas de las problemáticas de las otras personas y cuesta ser empático. Hasta que no tienes un sobrino con alguna discapacidad, hasta que no convives con un compañero de trabajo que tenga alguna diferencia, hasta que no tienes cerca a un vecino con alguna limitación... no estás sensibilizado y no actúas con normalidad.
    No es por maldad, es falta de empatía y sensibilidad, y eso está a la orden del día.
    Creo que hiciste muy bien diciéndole a Papa Noel que debía estar por todos los niños, pero no te hagas mala sangre porque si a Retoño no le importa, no vale la pena que te disgustes.
    Un besote y Felices Fiestas!!!

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