viernes, 31 de enero de 2020

Nostalgia

Hoy pasé por delante de una tienda de ropa de niño y vi que estaban de liquidación por cierre. Me dio pena porque era la tienda donde le compraba ropa a Retoño mientras era bebé. Es cierto que a partir de los dos años dejé de comprar porque mientras la ropa que tenían de bebé me gustaba mucho, la de niño ya no tanto.
Pues me puso nostálgica el cierre. Porque pensé lo rápido que había pasado el tiempo, en cómo era Retoño de bebé, cuando lo podía sostener en un brazo y aun estaba aprendiendo a ser su madre. En lo complicados y raros que fueron esos comienzos y como a pesar de todo puedo recordarlos con cariño, en como íbamos tirando para adelante en medio de un mar de dudas sobre lo que nos estaba pasando.
En la cocina tengo una foto de Retoño justo en esa tienda, porque le había probado un gorro de lana y como le quedaba muy bien me hizo gracia hacerle esa foto. Una foto en la que cada vez que la veo pienso en todo lo que evolucionó desde ella, en ese instante aun no era capaz ni de fijar la vista y ahora en cambio está pendiente de todo.
Pienso en el tiempo pasado y en cuantas cosas nos ha tocado vivir. En tan poco tiempo, y que encima pasa demasiado rápido. Pero que a pesar de esto los buenos recuerdos pesan más que los malos, por lo que no puedo recordar ese tiempo como algo duro.
Y al mismo tiempo me siento nostálgica porque tenemos retos por delante que asustan. Que dan miedo. Que son como una cuenta atrás. La incertidumbre es una constante que nos acompaña desde siempre.
Valoro tanto lo que tengo, que quiero que se quede siempre así.
No pude evitar entrar una última vez y comprarle una sudadera.

martes, 7 de enero de 2020

Mazapanes y Reyes


Que felicidad de navidades. Hemos hecho algo distinto a los años anteriores, y por primera vez en la época de navidad. No fuimos a terapia. A ninguna. Cogimos vacaciones. Ni a atención temprana ni a las sesiones privadas. A nada.
Y que bien nos vino. Últimamente Retoño le gustan más los juguetes y jugar. Y hay tardes que está entretenido y lo tengo que llevar a terapia, y es sentarlo en la silla y echarse a llorar. Porque lo está pasando bien y no quiere parar de jugar. Y me da una poquilla de lástima, porque por delante de todo, es un niño.
Pues estas navidades nos hemos olvidado de todo. Hemos tenido tiempo para jugar, para salir a pasear y hasta para ir a ver el lucerío de Vigo y su noria que iba a velocidad sideral. Hemos hecho otro par de salidas a otras dos ciudades que nos gustan mucho y nos quedan cerca para ir y volver en el día. Hasta fuimos a visitar la que fue su guardería.
Nos dio tiempo a hacer un montón de cosas. Así que pasamos las vacaciones contentos y relajados.
Y la guinda fue la cabalgata de Reyes. Le entusiasma ver las carrozas. Y a mi me emociona ver su cara de ilusión y felicidad. Y sobre todo me emociona porque hace 3 años era impensable, no le prestaba atención a este tipo de cosas, y verlo disfrutar de algo así, ya fue el mejor regalo de Reyes.