viernes, 20 de diciembre de 2019

El álbum


Cuando dejamos a Retoño en el cole se queda contento. Y cuando lo recogemos, también está contento. Así que suponemos que lo pasa bien en el cole. Suponemos e imaginamos cómo vive sus mañanas, porque él no nos puede contar nada. Y lo rellenamos con lo que nos cuentan las profes.
La profe de apoyo de este año no es la misma que la del año pasado. Pero la verdad es que nos gustó desde el primer momento.
Pero después de lo de hoy pasa a categoría de persona especial.
Llevo todo el día llorando de la emoción.
Hoy nos dieron la carpeta de actividades del trimestre. Y timidamente me habló del álbum que iba dentro y que ya lo vería en casa.
El álbum. El que tuve que ver a ratos porque de la llorera no podía ni ver. El mejor regalo de la navidad. El mejor regalo del año.
Un álbum de fotos de Retoño haciendo distintas actividades a lo largo del trimestre. En el patio. En una salida al teatro. En distintas clases.
Ha transformado en imágenes la ausencia de palabras. Nos ha hecho un álbum de Retoño, ha puesto en fotos lo que Retoño no nos puede contar.
Ha tenido una sensibilidad increíble al darse cuenta, sin nosotros decir nada, de lo que significa que Retoño no nos pueda contar lo que hace en el cole.
Ahora soy yo la que no tiene palabras para darle las gracias y que entienda cuanto ha significado este álbum para nosotros.

miércoles, 11 de diciembre de 2019

El apego en tiempos del rechazo


Bowlby describió la teoría del apego en los años 60. Se habla mucho ahora de la crianza con apego, así que más o menos a todos nos suena de algo. El apego se consolida a lo largo del primer año pero va a tener importancia durante toda la vida.
Durante el embarazo lei algún libro sobre crianza respetuosa, apego y todas esas cosas maravillosas. Inocente de mi, pensé que el bebé nacía y ya estabas enamorada de él hasta las trancas el resto de tu vida.
Error.
Mi bebé nació, estaba en la montaña rusa del puerperio y en medias me entero de que algo pasa. A esto le añades un montón de información negativa, lo metes en la batidora y te sale un batido de incertidumbre, miedo, tristeza y.... rechazo. Eso es lo que sentí yo cuando Retoño era un bebé bien pequeño.
Y en este momento sientes que el apego y el rechazo son como el tocino y la velocidad. Yo en esos momentos cuidaba de mi hijo por responsabilidad, pero sin motivación. Es duro, pero fue así (tampoco me siento culpable porque siempre cuidé de él lo mejor que supe y afortunadamente esta etapa duró poco).
¿Y que pasó? Que me di cuenta que el apego no siempre viene de serie. A veces hay embarazos complicados o partos difíciles que también llevan a que el apego no aparezca de forma tan espontánea. Pero hay que ser consciente en ese momento crítico de que el apego hay que conseguirlo. Como sea. Porque de eso va a depender el desarrollo posterior de los acontecimientos. Por lo menos en mi caso.
Mi madre me dice a veces que nos ve como koalas. Y esto fue lo que hice en su día. Convertirme en marsupial. Lo llevaba todo el día a cuestas, porteaba, en casa en brazos, la siesta encima (aun hoy seguimos con esta costumbre), el colecho... Recuerdo que mi lema en esos momentos era "me va a reconocer aunque sea por el olor". Me pegué a él todo lo que pude en unos momentos en los que lo que me apetecía era estar lejos. Pero gracias a eso, un día me asomé a la cuna de Retoño y vi lo que había allí. Un bebé. Sin más. Vi el bebé que era. Lo maravilloso de su existencia en mi vida. Me sentí enamorada. Recuerdo ese instante perfectamente. "Trabajamos" el apego y lo conseguimos.
Gracias a esto el camino de la discapacidad se hace más llevadero, la aceptación llega más rápido y los contratiempos se llevan mejor.
No todas las madres tendrán la misma vivencia, está claro. Pero si a alguien le pasa algo similar, lo que tiene más importancia al principio es lograr ese apego, esa unión, el comprender esa parte emocional del bebé, vincularse a él. Formar un equipo.
Lo demás ya se conseguirá. Con unos cimientos sólidos se resisten mejor las tormentas, que, inevitablemente, vendrán.