domingo, 10 de diciembre de 2017

Grandes placeres

Llegar a casa congelada por el frío y pegarme una ducha de agua caliente. Tomar un chocolate con buñuelos en mi lugar favorito. Que mi abuela me compre unos calcetines de lana porque recuerda los fríos que tenía los pies cuando era pequeña.
Que Retoño se duerma temprano y ver una película que me encante.
Poder encender la calefacción cada día. Que una amiga me regale una bufanda. Los reencuentros por navidad.
El "¿subís a tomar una cerveza?" Y que la cerveza se prolongue con unas pizzas.
Poder dedicar tiempo a cocinar. Comerme unas sopas de ajo. Tener gatos ronroneando a mi lado.
Pensar en la cara que se le va a quedar a mi madre cuando vea su regalo de navidad.
Viajar. A cualquier lugar. Pero en buena compañía.
Hacer planes. Tener ilusiones. Ir a un espectáculo de magia. Y quedarme con la boca abierta como si tuviese seis años.
Montar el belén. Y poner como nueva figura un niño de playmobil en su silla de ruedas. Con su padre al lado. Porque queremos la inclusión en todos los lugares.
Llegar a la guardería a por Retoño y encontrarlo sonriente, jugando.
Que la gente cercana te diga cuanto lo quieren.
Ver cada día a Mihombre. Echarlo de menos cuando no está.
Ver otro año más "Solo en casa".
Que el encendido de la navidad me pille en Lisboa. Y que logre emocionarme.
Oir la lluvia mientras estoy en casa.
Tener amigos a los que poder llamar. No intentar ser lo que no soy con nadie. No tener nada por lo que mentir.
Que un juguete "abandonado" en casa despierte de repente el interés de Retoño. Sus carcajadas. El que se agarre a nosotros cuando tiene miedo. Que nos reconozca. Que nos quiera.


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