martes, 8 de noviembre de 2016

Carta a Marta

El otro día conocí a Marta. Marta ha sido mamá hace poco y también hace poco ha descubierto que su niño tiene un síndrome que conlleva una discapacidad motora e intelectual. Marta no podía dejar de llorar. La vi llorar durante varias horas seguidas. Estaba acompañada de su familia, pero sé que en ese momento es difícil darse consuelo unos a otros. Me hubiese gustado contarle muchas cosas, pero no era ni el momento ni el lugar. Lo más seguro es que no vuelva a ver a Marta, así que le escribo esta carta, que aunque ella no lea, es para ella y todas las mamás en su situación.

" Ser mamá de un niño con discapacidad no es fácil, en eso tienes razón. Pero tampoco es difícil todo el rato.
Cuando te dan la noticia notas que tu mundo se detiene. Y se rompe. Y piensas que no va a volver a girar. Y te quedas a oscuras. Piensas que la luz no se va a volver a encender. Pero estás equivocada. El día menos pensado un destello te sorprende y vuelves a ver. Todo vuelve a funcionar, eso sí, de otro modo y a otra velocidad.
No entiendes como puede ser que lo que más quieres puede provocarte tantas lágrimas y tanto sufrimiento.
No entiendes por qué esto te está pasando a ti. Te preguntas qué has hecho mal.
Incluso puedes no ser capaz de querer a tu hijo en este momento. No eres mala madre por ello. Todo lo que sientas, aunque sea horrible, es normal.
Tú no tienes la culpa de nada de lo que está sucediendo. Buscar en qué fallaste sólo te causará dolor y no encontrarás la respuesta, porque no existe.
Acuerdate que tu pareja y tu estais en el mismo barco. Hablad mucho. Respetad vuestros silencios. Cada uno tendrá su tiempo de asimilación. Os sentireis alejados, a veces cercanos, a veces solos. Pero pensad que teneis que recorrer el mismo camino. En este momento os necesitais.
Vas a tener que acostumbrarte a tratar con muchos médicos y terapeutas. Irás con el corazón encogido a las consultas. Algunos te tratarán bien pero otros no tanto, a veces no tendrán mucho cuidado con cómo te dicen las cosas. Pero siempre encontrarás a alguno en el que confiarás y sentirás que se preocupa por tu hijo.
Al principio no tendrás ganas de hacer nada pero no podrás quedarte quieta. La situación te va a exigir mucho. Demasiado.
Verás más a los profesionales de Atención Temprana que a tus amigos.
Habrá amigos que se queden en el camino. Influso familia que no sabrá formar parte de vuestra nueva vida. Pero a cambio conocerás gente nueva y se forjarán amistades profundas.
Habrá otras madres como tu, y cuando hables con ellas te darás cuenta de que hablais en el mismo idioma. Y te sentirás relajada.
Al principio llorarás mucho. Mucho. Muchísimo. Es inevitable. Tus padres también lo harán.
Es un duelo. Has perdido el hijo que esperabas y ha llegado otro distinto.
Tu también te convertirás en una persona distinta.
Cuando pase el shock inicial, cuando te vayas adaptando, descubrirás que eres capaz de disfrutar más que antes del día a día y que dejarás de preocuparte por frivolidades. Sólo le darás importancia a lo que realmente es necesario.
Vas a volver a reir y a pasarlo bien.
Te adaptarás a las dificultades de tu hijo, aprenderás a entenderlo y saber lo que necesita. No lo vas a ver diferente.
Lo querrás mucho.
Vas a encontrar la manera de ser feliz. Aunque haya días malos por el medio. Los habrá. Pero pasarán.
Preocupate por ti. Para que tu hijo brille necesitas brillar tu primero.
Nunca te olvides de tu bienestar. El poco tiempo libre que tengas aprovechalo para hacer algo que te guste, cualquier cosa que te haga sentir bien vale.
Cierra los ojos. Respira. Abre los ojos y mira a tu hijo, tu pequeño, tu bebé. Es perfecto. "

Un abrazo muy fuerte para todas las Martas.

2 comentarios:

  1. Debe ser un shock tremendo encontrarse en una situación similar. Pero el ser humano se repone de todo y como ejemplo estáis vosotras, esas familias que tiran para adelante cuando los demás creemos que no es posible.

    Mil besos.

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  2. Hola!! No he podido evitar al leer tu última entrada en ir a buscar mi primer comentario en este blog porque quería confirmar algo. Sí, lo he confirmado, mi primer comentario en este blog, allá por el verano del 2015 fue un resumen de tu Carta a Marta. Te lo escribía yo a tí, y ahora eres tú quien se lo escribes a otra mamá... Han cambiado mucho tus entradas, el dolor ha ido dando paso a la normalidad, a la cotidianeidad, a la aceptaciín real...
    Me alegro muchísimo!!!
    Y sí, es dura la noticia... pero es el propio hijo el que te hace seguir levantándote el día a día, no puedes hacer otra cosa y llega un punto que dices o dejo de sufrir o me bajo del tren. Y como eso de bajarse del tren es imposible pues dejas de sufrir.
    Y no, no somos supermamás ni super héroes con niños en los brazos... cualquier persona es capaz de hacerlo, mejor o peor, con más medios o con menos... pero nadie se baja del tren, por difícil que sea el viaje.
    rocío

    Ah, preciosa la Carta a Marta... como siempre, me encanta leerte, aunque no te lo diga en todas las entradas ya lo sabes.

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