jueves, 26 de marzo de 2020

En casa

En casa estamos, que es lo importante ahora. Aunque nosotros somos de los pocos supuestos por los que podría salir con Retoño a la calle, lo evito todo lo posible. Hacer la compra ya me parece una aventura de riesgo e intento planificar comidas para más de una semana.
Cualquier salida a la calle implica posteriormente una ceremonia de lejía, así que no me muevo si lo puedo evitar.
Fui un día a buscar huevos a casa de mis padres, que tienen gallinas y viven aquí al lado. No entré en casa. Me quedé fuera en la finca, no nos acercamos a menos de dos metros y me pusieron los huevos en una repisa y cuando se separaron me acerqué a por ellos. Surrealista.
Retoño se porta muy bien, así que no es nada complicado estar con él en casa. Se entretiene con cualquier cosa que le organices.
Los primeros días de confinamiento no podía dejar de mirar las noticias, pero ahora intento organizar muchas actividades con Retoño para no volverme loca y también para que no le afecte a él demasiado el estar sin terapias. Entre las cosas que hacemos están :
- Le he hecho un circuito de obstáculos por el pasillo para que tenga que esquivar cosas mientras gatea.
- Con las luces apagadas le hago sombras con una linterna en la pared. Usamos también una especie de lampara de lava.
- He metido en recipientes distintas texturas, legumbres, bolas de gel, espuma de afeitar... Para estimulación sensorial.
- Canto canciones que le gustan para mejorar el contacto ocular.
- Intento hacerle estiramientos, pero la verdad es que no me deja.
- Intentamos usar juguetes que desarrollen causa - efecto.
- Le escondo un muñeco que le gusta mucho para trabajar la permanencia del objeto.
- Usamos el upsee, que es un artilugio con el que lo engancho a mi y así está de pie. Para que esté contento lo acerco a una estanteria y lo dejo tirar los libros.
- Le leo cuentos.
- Lo asomo al balcón por las mañanas para que le de el sol.
Y entre medias de estas cosas lo dejo a su aire porque su capacidad de atención es pequeña, y si lo fuerzas se frustra y comienza a llorar. Dejarlo a su aire suele significar que va al baño y saca la mampara de la ducha de su sitio.
Y entre la piscina de bolas, el túnel y juguetes tengo la casa que parece el Gran Prix.

miércoles, 25 de marzo de 2020

Mundo extraño

Que situación más rara nos ha tocado vivir.
Hay gente que dice que de esta situación vamos a aprender cosas, que vamos a salir reforzados... Yo no consigo verle ninguna parte positiva. Lo que veo es una tragedia en todo el mundo.
Parece que intentan tranquilizarnos con que los muertos son ancianos. Y yo lo que veo es que está falleciendo una generación en soledad, y me parece lo más triste del mundo. Una generación que está hecha de otra pasta. Que salieron de sus casa a trabajar siendo apenas adolescentes, que se ocupaban desde muy pequeños al cuidado de los animales (me refiero al ganado) o de otros hermanos, que muchos apenas saben leer y escribir porque ni facilidades tuvieron para ir a la escuela. Personas que vivieron una posguerra y que tirar comida no entra en su costumbre. Vidas de aprovechamiento, de arreglar y reparar antes que tirar. Personas que vivieron situaciones muy duras y que te las cuentan como anécdotas graciosas y como si no llevasen el peso de esa dureza. Gente que aceptó la vida como le vino. Con una capacidad de trabajo increíble. De esfuerzo y de sacrificio. Que sacaron adelante a sus hijos con pocas comodidades. Una generación distinta, que se reconoce, que tiene toda mi admiración. Y que no se merecen esta soledad final. Ni ellos ni nadie. Me parece muy cruel todo lo que estamos viviendo. Una pesadilla.