Cada cierto tiempo surgen nuevos debates donde la protagonista es la mujer. Últimamente me he fijado en que hay como un "enfrentamiento" (lo pongo entre comillas porque no sé realmente como definirlo) entre mujeres que quieren ser madres y mujeres que deciden no serlo. No sé porque hay necesidad de sacarle punta a todo. Ya que ahora podemos decidir sobre nuestra reproducción, que cada una haga con su útero lo que le salga de los ovarios, ¿no? Porque para mi tan válida es la decisión de ser madre como la de no ser madre, como la de tener un hijo, adoptar tres o tener cinco.
Sea la decidión que sea, que sea tomada de forma consciente y con convencimiento.
Yo soy madre porque es algo que siempre tuve claro, pero reconozco que no es fácil, ni es tan dulce la maternidad como a veces te hacen imaginar.
Tu hijo no te gusta en todo momento, no vives en un continuo idilio de amor. A veces te gustaría llegar a casa, cenar tranquilamente y ver una peli con tu pareja en lugar de llegar a casa, bañar al niño, darle la cena y luego dormirlo.
A veces te despierta tantas veces por la noche que te dan ganas de irte al garaje a dormir al coche.
Pero por otro lado vives cosas que sólo puedes experimentar con un hijo y que realmente son maravillosas.
Tener un hijo es como ir en una montaña rusa.
Pero estas cosas maravillosas las vives si quieres ser madre, porque si uno tiene claro que no lo quiere ser, no va a ver las cosas buenas y puede vivir la maternidad como un trabajo.
Luego está lo del amor a los hijos. Decía Cristina Pedroche hace poco en una entrevista que ella siempre iba a querer más a su marido que a su hijo cuando lo tuviesen. Le llovieron críticas a cascoporro...y también elogios. Yo lo que pensé al respecto es que vaya tontería, para mi lo que siento por mi marido y por mi hijo es como el tocino y la velocidad, que no tienen nada que ver. No sé a quien quiero más de los dos porque lo que siento por uno y por otro no se parecen en nada.
Mi marido es mi compañero, está a mi nivel, hemos pasado por un montón de cosas juntos. Caminamos uno al lado del otro.
Mi hijo es alguien que necesita del cuidado de los dos, necesita protección ya que es indefenso. Mi hijo no camina a mi lado. Mi hijo va en nuestros brazos.
¿Cómo voy a poder comparar estos dos amores tan distintos?
Respeto a las mujeres que viven la maternidad como una de las mejores cosas que han hecho en la vida.
Respeto a las mujeres que no desean ser madres.
Respeto a las mujeres que han querido ser madres pero tampoco lo viven como lo mejor de su existencia.
Respeto a las mujeres que deciden libremente.
Todas habeis tomado la decisión adecuada.
Buena reflexión. Un hijo es lo que más se quiere en la vida, pero siempre he defendido que para que un hijo sea feliz tiene que ver a sus padres felices. Yo no podría descuidar mi relación con mi marido para centrarme en mi hijo, porque a mi parecer no le estaría haciendo ningún bien. Hay que saber equilibrar la balanza y buscar momentos para estar los dos solos. Como tú bien dices son amores completamente diferentes y hay que saber cuidas de los dos.
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