Hoy en el trabajo una de mis compañeras se pasó la mañana rumiando que la vida era muy dura, muy cruel...vamos, cosas por el estilo. Tanto languidecía por las esquinas que le dije "mujer, no es para tanto, también hay momentos buenos". La verdad es que no tenía ni idea de lo que le pasaba, pero luego en la hora del café ya nos explicó, y es que el motivo de su tristeza era que las hijas habían acabado las vacaciones y habían vuelto a su trabajo, que queda a 600 km de su lugar de origen, y como madre al uso, pues las echa de menos. Hasta ahí todo normal...el anecdotario de tontería es que de pronto se giró hacia a mi y dijo "que suerte, que tu vas a tener un niño pequeño contigo toda la vida".
Lo que hay que oir.
Que fina estuvo. Ojiplatica me quedo
ResponderEliminarQue fina estuvo. Ojiplatica me quedo
ResponderEliminarMe tienes enganchada. Soy mami de un nene 'especial' también (aunque a mi tampoco me gusta el término), y te he conocido esta mañana a través de un comentario que hiciste en el blog de 'Lucía, mi pediatra'. He empezado esta mañana desde el principio y mira por donde voy ya. Me siento tan, pero tan identificada contigo... mira que me han dado ganas de comentarte alguno de tus post para decirte que fulanit@ o menganit@ eran unos hijos de su santa madre, pero debo decir que tu compañera se lleva la palma. Esta clase de gente es la que más rabia me da, la que se cree que entiende por lo que estamos pasando y lo que significa tener un hijo con necesidades especiales, pero que en realidad ni sabe, ni entiende ná.
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