Después del malentendido con Mihombre estuvimos hablando y nos pusimos al día. Si tener un niño ya cambia mucho la vida de la pareja el tener un niño con dificultades pues aun más. La mayor parte del tiempo estamos agotados y dedicados a Retoño, va cuatro días a la semana a terapia, en casa hay que prestarle más atención, necesita más de nosotros... Así que nos olvidamos un poco de nosotros dos y llegamos a puntos de desentendimiento. Lo importante es que nos queremos mucho y los dos queremos que la situación no pueda con nosotros. Los dos juntos formamos un buen equipo.
Aclarado este punto, y con la ayuda de mis padres, intentamos buscar pequeños momentos para estar a solas y tirarnos a la bartola.
Esta semana hubo un día que Retoño despertó antes de la siesta de lo habitual, entonces propuse ir a la ciudad, que nos queda a 50 km, pero que tardamos una hora en llegar porque vamos por carretera nacional que la autopista es muy cara. La cosa es que me encanta ir a la ciudad porque vas por la calle y hay gente. Nuestro pueblo, debido en gran parte a la crisis, podía servir de rodaje para The walking dead. Si bajas un domingo al centro, no ves a nadie por las calles, ni siquiera puedes tomarte un café porque está todo cerrado. Una tristeza. La empresa más grande que tenemos es el hospital, con eso digo todo.
Pues eso, que fuimos a la city ¡que de vida! Y cuantos comercios. Le compre a Retoño un body de manga corta ya para el veranito de Pink Floyd, que es un grupo que me encanta, en una tienda que venden todo tipo de cosas de grupos y ropa hippiosilla.
Luego descubrí un bar hawaiano, que tenían oferta en cócteles 2x1 (me pierden los cócteles). Tuvimos que entrar a la fuerza (bueno, a la fuerza Mihombre, yo entré encantada). El sitio de tan hortera que era me encantó, oye. Los cócteles que pedimos no era para tirar cohetes, una caipiriña de fresa que era demasiado dulce y que el alcohol no se lo encontrabas ni a las leguas. Pues allí estábamos los tres, tomándonos nuestro cóctel (Retoño se tomó su agua, aún es pequeño para la fiesta ;-P)
Estuvimos paseando por allí, entré en un Tiger y le compré a Retoño una bola con pelos de goma que le encanta.
Vamos, que fue una tarde distinta y que lo pasamos muy bien.
Ayer ya estuvimos paseando por los alrededores de casa y llevé a Retoño en la mochila, al principio fue contento e iba mirando para mi, pero luego de una hora se cansó de ir ahí metido y volvió para casa protestando y medio llorando.
Por la mañana fui al trabajo y me llevé la bronca del siglo, porque una compañera me pidió cambio de turno, acepté, pero no avisamos a la jefa... Cuando me vio en el turno que no era el mio casi me come. La bronca fue merecida, lo reconozco, y Mihombre me dijo que como se me ocurría hacer cambio con mi media jornada, pero todo esto no quita que no me gustase recibir bronca... Además de la jefa, con la que tengo bastante buen rollo, por lo que las cosas aun molestan más ( espero que ya se le pasase el cabreo ) .
Y en atención temprana nos quieren solicitar una silla ortopédica, que yo veo como una silla de ruedas, por lo que tengo un cierto cabreo (asi en general, no dirigido a nadie en particular) porque cuando todos los niños comienzan a andar al mio le toca una silla. Aaaggggg!!!
He encontrado tu blog a través de un comentario en otro blog que sigo hace poco. Me he sentido muy identificada con algunos momentos y sensaciones que describes, y en otros casos me he sentido optimista al leerte o emocionada y admirada por tu actitud y tu modo de afrontar vuestra situación tan dura. En nuestro caso, aunque también nos hemos encontrado con algunos profesionales sanitarios con poca sensibilidad, hemos tenido suerte de dar con una neuróloga que nos está ayudando a estar positivos y llevar una vida lo más normal posible con nuestra hija que acaba de cumplir 9 meses. Ahora es cuestión de tiempo y paciencia ver cómo se irá desarrollando.
ResponderEliminarMucho ánimo y mis mejores deseos para tu familia.
Hola! Bienvenida a mi blog! Me encanta cuando encuentro comentarios. No sé que es lo que tiene vuestra niña, pero mucho ánimo, os va a dar sorpresas buenas seguro. Que suerte encontrar un profesional que os apoye, eso ayuda mucho. Yo vivo un poco con la filosofía de que si otros pueden, yo también, y me ayuda que me cuenten casos de salida hacia delante. Y cuando hay momentos de bajón, pues respetar también ese sentimiento de tristeza, todo forma parte de la vida. Un beso grande
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