domingo, 13 de agosto de 2017

A un corazón abierto

Esto es para una persona que me abrió su corazón. Y eso siempre es de agradecer.
- La culpa, sobre todo cuando no es real, no sirve de nada. Tenemos que estar continuamente tomando decisiones y según los datos que tenemos en ese momento, actuamos, creyendo que es lo mejor para nosotros y lo que nos rodea. Y a veces las cosas suceden porque sí, porque no hubiesen podido ocurrir de otra manera. No tenemos el control sobre todo. Hay cosas que se escapan de nuestra decisión.
Un día tienes que plantarle cara a la culpa. Decirle que no te ayuda y que sólo te frena. Y que no tienes ganas de tenerla al lado complicándote la existencia.
- Por mucho que queramos a nuestros hijos, no nos tiene porque apetecer estar todo el día con ellos. Igual que no nos apetece estar todo el día pegados a nuestra pareja o a la familia o con los amigos. Pues con los hijos igual. Es normal querer un tiempo para nosotros. Y no por ello dejamos de ser padres entregados.
- A veces la vida es perra. Lo único que podemos hacer es ponernos a su altura y ladrar más fuerte.
Sin quedarnos a esperar que nos traiga alegrías. Porque igual no lo hace o tarda demasiado. Es mejor buscárnoslas  nosotros mismos.
- No esperes a disfrutar. El "haré esto cuando...." "Ahora no es el momento"... Solo paraliza. La única certeza que tenemos es el presente. Piensa lo que te apetece y hazlo. El momento ha llegado. Bastante llevas esperando.
- Las ganas de llorar no son malas. Lloramos por necesidad desde que nacemos. Va innato con nosotros. Tampoco es malo estar triste. Eso luego te hace apreciar más los buenos momentos.
- Hay que perder el miedo a la realidad. Porque las cosas tengan un nombre u otro no son mejores ni peores. A una persona no se la puede etiquetar. El valor que tiene tu hijo se lo das tu. Lo demás son meros trámites.
- Tu también cuentas. Parece que se te haya olvidado. Di lo que quieres.
- El pasado tiene que servirnos para aprender. Pero no hace falta tenerlo todo el rato presente.
- El futuro es incierto. Preguntarse todo el día qué vamos a hacer no sirve de nada. Lo único que sirve es conocer las opciones disponibles para llegado el momento tomar una decisión.

Vive. Disfuta. Desconecta. Sólo vamos a estar aquí una vez.


2 comentarios:

  1. Hola, hace poco q he descubierto tu blog. Decirte q me encanta leerte, que me siento súper identificada. Y leer esta entrada me ha hecho pensar un poco en positivo, aunque me dure solo un minuto, me ha alegrado está parte del día😊. Un abrazo!!

    ResponderEliminar
  2. Hola Pilar! Al pricipio es un minuto de pensar en positivo, pero con el tiempo ese minuto se transforma en horas y luego en días. Gracias por leerme y estoy contenta de haberte alegrado, aunque fuera un poquito.

    ResponderEliminar